viernes, 22 de julio de 2011

Copa América Argentina 2011: En busca del “10” desaparecido


Muchas han sido las sorpresas agradables que, hasta ahora, ha dejado la Copa América que se juega en distintas ciudades de Argentina. Dos selecciones de las consideradas “chicas” en el planeta fútbol, como Perú y Venezuela, están en semifinales contra todo pronóstico. Brasil, la selección con más títulos mundiales del orbe fuera del cuadro final, lo mismo que la anfitriona Argentina de Lionel Messi, considerado por muchos –incluyéndome- como el mejor jugador de la actualidad, y quien en su selección tiene como compañeros a jugadores que brillan con luz propia en los clubes más importantes de Europa. Muchos empates, parados tácticos que se imponen a las individualidades y sin duda menos goles de los que en la previa de la competencia se esperaban. Pero lo que más llama la atención en lo estrictamente futbolístico es que en el continente en el que se “instituyó” la existencia del “enganche”, hoy día no encontremos siquiera uno en 12 selecciones participantes.

La casaca número 10 sigue siendo exhibida por grandes jugadores, el propio Messi en Argentina, Ganso en Brasil, el proyecto de crack venezolano Yohandry Orozco en la Vinotinto, Valdivia en Chile, Dos Santos en México, Forlán en Uruguay, en fin; todos talentosos, pero ninguno con las características técnicas de aquellos que otrora portaron ese número y que tenían la responsabilidad de ser los “cerebros” de sus equipos o selecciones.

Si bien es cierto que los parados de los equipos hoy día no incluyen la figura de un armador, me atrevo a decir que esto no se debe a un mero capricho de los seleccionadores de la zona, sino por el contrario a la ausencia de jugadores que cuenten con esas particularidades que tenían tipos como Schaffino, Cubillas, Zico, Valderrama, Francescoli, Maradona y recientemente Riquelme y Ronaldinho, quienes además de la gambeta, el recorte y la pegada exquisita, siempre se tomaban un segundo para levantar la cabeza y leer de manera extraordinaria los movimientos de compañeros y rivales para lanzar un pase de manera casi poética y dejar a algún definidor de cara al gol.

¿Romanticismo? Tal vez. Pero lo cierto es que, quienes amamos este deporte disfrutamos sobremanera cuando uno de éstos personajes hace una aparición y deleita a la gradería con su sapiencia y su exquisitez a la hora de pisar la pelota, florearse con algún amague de esos que dejan a los defensas regados y definir una acción con más habilidad mental que física. Por supuesto que ver a jugadores como Alexis Sánchez, Neymar y Salomón Rondón utilizar su velocidad o corpulencia para sacar provecho ante los defensores es un espectáculo digno, pero un “10” con el balón en los pies y la jugada en el cerebro no tiene comparación.

En el futbol actual, cuando un chico con éstas características empieza a sobresalir es visto como un espécimen extraño, pues la rigidez de los sistemas tácticos le impiden a los entrenadores darles la libertad que merecen y los terminan encajonando en un extremo de la cancha, para convertirlo en “carrilero” o le exigen “compromiso defensivo” cortándole las alas e impidiendo que despliegue el fútbol que siente.

La pregunta es obvia. ¿Existen jugadores con la capacidad de jugar de “10” hoy día en Suramérica? Mi respuesta: ¡Claro que si! Cuando vemos a Messi y sus ráfagas de fútbol prolijo, colocándole una pelota de gol estupenda a Higuaín, a Valdivia entrar de recambio en la selección chilena y comprometer la clasificación venezolana a punta de pases punzantes, y al Ganso de la última presentación brasileña en la Copa ante Paraguay, podemos deducir que la habilidad está allí, solo que los sistemas modernos tienen enjaulados a estos fenómenos colocándolos de “falsos 9” o “extremos”, rótulos que éstas joyas suramericanas no deberían portar. El “10” no ha muerto, solo está escondido.

La Liga Hoy

TAPA DIARIO AS (ESPAÑA)

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