Al parecer la Vinotinto no puede sacarse de encima esa especie de maldición, que hace aparición cada vez que la selección chilena llega de visita a algún estadio venezolano... La historia siempre es la misma: un partido apretado, parece que se va a conseguir por lo menos un punto pero, acto seguido, los chilenos empiezan a apretar en todas las líneas y, por último, se terminan cediendo los 3 puntos de local.Ya nos pasó en Pueblo Nuevo, aquella noche lluviosa del martes 1ro de junio de 2004 en San Cristóbal, donde todo el esfuerzo vinotinto fue diluido por la bota de Mauricio Pinilla, dejando la marquesina con un triste 0-1.
Hoy no fue Pinilla, pero sí Suazo... "El chupete" nos vacunó, nos hizo pagar la falta de rigor en la marca en momentos cruciales, pasó en el José Antonio Anzoátegui tal y como ocurrió en Pueblo Nuevo. Otra noche lluviosa, otro partido enredado, otra vez se pierden 3 puntos... pero esta vez duele más, porque en aquella ocasión en suelo tachirense, nunca se estuvo adelante en el marcador.
A diferencia de eso, acá la vinotinto estuvo al frente, luego emparejó una desventaja de 1-2 y tomó la iniciativa de ir a buscar el gol del triunfo, pero las manos del portero austral (Bravo) le acallaron el grito de gol, primero a Tomás Rincón y luego a Luis Manuel Seijas. Esta vez no se pudo... Se vienen las visitas a Perú y Paraguay. En ambos casos se ve complicado el panorama; aún así no hay que dejar escapar nada...
Amanecerá y veremos
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